El crecimiento sin precedentes del comercio exterior de China se manifiesta en su
relación con el Producto Interno Bruto, la cual pasó de 3 por ciento en 1980 a 36
por ciento en 1997 y a 40 ciento en 2002.
La estructura del comercio exterior de China
Los productos manufacturados participan cada vez más de su comercio exterior
de China. La proporción de los productos manufacturados en las exportaciones
totales aumentó de 50 por ciento en 1980 a 90 por ciento en 1999; por su parte la
proporción de los productos manufacturados en las importaciones creció de 65 por
ciento a 84 por ciento en el mismo periodo. Una importante proporción de las
importaciones chinas de manufacturas está integrada por bienes intermedios,
como productos químicos, componentes electrónicos y maquinaria textil, utilizados
en la producción manufacturera de China.
En cuanto a la estructura de las exportaciones chinas, las proporción de los
productos primarios han mostrado una constante disminución, mientras que las
exportaciones de manufacturas intensivas en mano de obra, tales como textiles,
ropa, juguetes y electrónicos han ido aumentando su participación en las ventas al
exterior. El acelerado aumento del comercio exterior de China está presionando no
solo al mercado de los países a los que destina sus productos, sino también de los
mercados donde adquiere los bienes que demanda la producción interna. La
presión sobre el aumento de los precios se ha experimentado en productos como
la alumina (utilizada para la fabricación del aluminio) y del níquel, utilizado para la
fabricación del acero. La producción de autos y la construcción están demandando
grandes cantidades de mineral de hierro y cobre, oro y platino.
A la enorme lista de productos y sectores en donde China está haciendo
sentir su presencia global hay añadir el petróleo. Una razón de peso para explicar
el elevado precio del petróleo en el mercado internacional.
La política de comercio exterior de China
La política de apertura comercial, paulatina y sistemática, implementada a través
del agresivo abordaje de los mercados externos, la reducción en la tasas
arancelarias, la eliminación de los permisos de importación y del monopolio estatal
en la intermediación, ha convertido a este país en una fuente muy importante de
bienes de consumo masivo y de manera concomitante, en destino de una gran
cantidad de bienes industriales y servicios del exterior. En especial durante los
noventa, en preparación para su ingreso a la OMC, el gobierno de China llevó a
cabo de manera sistemática una reducción arancelaria, con lo que la convirtió en
una de las naciones en desarrollo con más bajo nivel de protección.
Las medidas de protección no arancelaria también se redujeron de manera
importante, aunque los efectos restrictivos de este tipo de barreras que aún se
mantienen -como licencias de importación, regulaciones de calidad y de sanidadcontinúan dificultando el acceso al mercado chino.
Un aspecto importante de la apertura comercial es la descentralización de
las actividades de comercio exterior. El número de empresas autorizadas para
realizar actividades de comercio se incremento de una docena a finales de los
setenta a decenas de miles en la actualidad; muchas de las cuales son de
propiedad privada.
La eliminación de la sobrevaluación de la moneda y su convertibilidad en
1996, fueron aspectos claves de la liberalización comercial. Los exportadores ya
no se vieron penalizados y la disponibilidad de divisas ya no fue un aspecto que
inhibiera las importaciones. Las empresas extranjeras respondieron a estas
reformas de manera consistente con la economía orientada al mercado.
China mantiene sustanciales elementos de protección. El promedio de los
aranceles son bajos, pero en algunos bienes específicos permanecen altos. Las
cuotas de importación y las licencias de importación cubren sólo el 4 por ciento de
todas las líneas arancelarias, pero éstos limitan severamente el mercado para
algunas mercancías muy importantes, como automóviles, vehículos y autopartes.
Registros obligatorios, precios tope, normas de calidad y de seguridad sanitaria,
así como otros mecanismos no arancelarios, cuando menos tienen el potencial de
ser utilizados para protección de las industrias nacionales.
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